Dinámica es la tecnología. Dinámica es la guerra.

Ácrata y Banquero
2 min readApr 18, 2023

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The subtle dynamism and asymmetrical symmetry of Angela Heisch’s

Para Clausewitz la guerra es dinámica. De ello da fé el avance armamentístico. En tiempos prehistóricos cuando había una diferencia de voluntades irreconciliables, con piedras y ramas era suficiente para determinar qué voluntad primaba. Por supuesto, no necesariamente tener un arma más poderosa garantiza el éxito, añadiría Goliath y lo corrobora Vladimir Putin. A lo que Clausewitz le suma la probabilidad y el azar como factores determinantes.

La rueda de la violencia gira por tracción sanguinal a lo largo de la historia humana y el principio es el mismo, cada vez encontraremos formas más sofisticadas de matarnos unos a otros, porque dinámica es la guerra. Tan dinámico y poderoso es el ritmo frenético de la violencia que se cuela en cada expresión humana. Es inevitable.

La guerra es dinámica, dinámica es la guerra así como dinámica es la tecnología. No en vano hay una retroalimentación de la una con la otra. Los ejemplos abundan desde inventos como el crédito para financiar a los cruzados por parte de los templarios y la consecuente invención de la banca hasta meterse en nuestros bolsillos en forma de tarjeta. No es tan difícil imaginarse que su tarjeta Amex gotea sangre. O la internet que sirve para desperdigar estas ideas no es otra cosa que la publicación de un protocolo de comunicación distribuido con la finalidad de mitigar la interrupción de la cadena de mando en caso de un ataque nuclear durante la guerra fría. La autopista de información nació con la finalidad de mantener el esfuerzo de guerra, sí. Este caso en particular no es una novedad porque ya las carreteras las perfeccionaron los romanos para movilizar sus legiones.

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