El músculo más importante: atrofiado
No creo que sea tarde; empiece a recuperarlo
Algún día me vi inmerso entre muchas guías del tipo: “secreto para..” “como hacer para…” “Cosas que hacer antes de…”. Y quedaba convencido de que estaba haciendo todo bien; cómo si fuera una checklist que se iba llenando. Hasta que un día me di cuenta de que en cierta forma la experiencia humana se estaba homogenizando. Comprenda esto como símbolo, no resulta descabellado ver como los navegadores web (Chrome, Firefox, Internet Explorer…) se convierten lentamente en oraculos. Y el problema está en que a este ritmo algún día la misma identidad va ser definidad por la red (¿No ha buscado usted como estar a la moda en Google?). No sé si comprenda la gravedad de eso. Fue así que me negué de forma virtual pero rebelde a dejarme homogenizar. Decidí escribir mi propia historia (y este blog). Así fue que me molestó no poder equivocarme. Me molestó poder saber virtualmente todo. Me molestó no correr riesgos. Me molestó saber que tenía muchas respuesta al alcance de la mano. Ese día renuncié a ellas. Y con esto, al poco tiempo me di cuenta de 2 cosas.
1. No arriesgarse a fracasar es en sí misma, la acción de fracasar.
Con tanta guía en línea de como hacer y deshacer reactores nucleares, jabones y hasta pasta dental, parece que vamos a la fija. Ya no hay misticismo en la cosas, ya no hay grandes retos — les juro que un día hice mantequilla con mi ma y no usamos internet — . No se confunda, me fascina la idea de poder hacer las cosas de forma propia y artesanal. Además me parece que le quita poder a los que acaparan el conocimiento. Lo que me fastidia y hastía, es la creciente certidumbre y el facilismo asociado a los procesos cognitivos. Pensar que leer en Wikipedia lo hace historiador por citar un ejemplo. Hay que recordar que la mayoría de los grandes inventos son fruto del error. Entonces el error no se puede desechar. Por el contrario, hay que incentivarlo. No incentivar a equivocarse, sino por el contrario, hacer propicio el camino de forma tal que permita variantes. Yo me descubrí algún día viendo una guía de como pelar una banana. Hay que ser muy cobarde en la vida para tener miedo de pelar mal una banana. Decidí pelarla mal. Decidí no hacerle caso, ejercitar mi rebeldía. El punto es ese. ¿Realmente queremos ser los bobos del barrio que usan casco para aprender a montar bici? Yo era de esos que se caían y lloraban, comía polvo y hasta me raspaba, pero aprendí a montar bici. Uno no puede andar por la vida pensando en que no va a cometer errores. Va a pasar. Hoy, mañana y siempre. ¿No se ha preguntado si usted es uno?
2. En el acto de equivocarse está implícito el placer de haber saciado la duda.
Y eso se anula con los WikiHows; la imaginación se pierde. Osea, el principio es bueno, la idea es buena. Pero lo que para mí convierte esa página en un descalabro mental es el hecho de que uno realmente no aprende a desarrollar el pensamiento. No hay análisis, no existe un proceso cognitivo en el cual usted pueda crear hipótesis y corroborarlas. Acuérdese del punto anterior. ¿Cuándo aprende usted a montar en patines si no es después de un par de caídas? A menos de que esté armando un reactor nuclear, un par de deslices (siempre y cuando no sea con secretarias) no van a hacer que explote medio mundo. Es que pasa que nuestra sociedad está expuesta a tanta información que no es posible verificarla toda y se consume cruda. Yo creo que usted ha tenido la oprtunidad de ver publicaciones de conocidos que dicen cosas como “tips para…” “Secreto para…” y cuando uno se da cuenta, todo lo que se propone ahí no se aleja en lo absoluto del sentido común (cuando no se trata de mentiras sin fundamento). No se aleja de sentarse a pensar en como solucionar un problema ¿No le parece grave? Déjeme le explico… Un músculo que no se utiliza se atrofia y tendrá tiempo para no utilizarlo; cuando esté más viejo. Pero, ¿en la “flor” de la edad, no exprimirlo? Ah! ¿que usted si lo exprime? ¿Cuánto es 14*20? Cuidadito me saca la calculadora.
¿Y todo eso por qué es importante? Porque si usted estructura bien su forma de pensar, desarrolla una herramienta que lo acompaña siempre. Y eso se traduce en calidad de vidad multiplicada, por ejemplo; mejor autoestima.